ESPAÑA | Declaración institucional del Ararteko con motivo del día internacional de las mujeres

La violencia machista ha convertido el inicio del año 2017 en el más mortífero de los últimos diez años en el Estado español; el feminicidio, o asesinato de mujeres por el hecho de ser mujeres, aparece así como una negra sombra sangrienta, que se posa sobre nuestro sistema de libertades y garantías ciudadanas, ante la consternación de una sociedad perpleja e indignada y de unos poderes públicos impotentes a la hora de poner eficazmente coto a esta lacra social.

El objetivo de la igualdad de mujeres y hombres, que cada 8 de marzo se quiere conmemorar internacionalmente, y con ello reavivar en todos los lugares del mundo, aparece así empañado por la persistencia cruel e inhumana de la violencia contra las mujeres.

El Ararteko quiere manifestar, una vez más, su convicción de que la causa de esta vulneración de los derechos de las mujeres es la desigualdad estructural entre hombres y mujeres, así como la permanencia arraigada de la ideología machista o patriarcal en muchas de las actitudes y mentalidades presentes entre nosotros. Un machismo incompatible con los valores y principios de una cultura respetuosa de los Derechos Humanos que es la que debe prevalecer en las modernas sociedades europeas. Un machismo que postula unos valores cuya erradicación debe ser un objetivo prioritario y urgente para todos los poderes públicos.

Hoy, más que nunca, se hace obvio que el fortalecimiento de las políticas de igualdad, y de los valores igualitarios, que apuesten por la indispensable libertad de decisión de las mujeres sobre sus propias vidas y por su pleno protagonismo en el devenir social, debe ser una prioridad absoluta para todos los poderes públicos.

Más allá de la urgente revisión de los mecanismos de atención, defensa y protección penal de las mujeres víctimas de violencia de género, es preciso repensar el modo de reforzar la eficacia de las políticas públicas orientadas, decididamente, a lograr una transformación profunda de las mentalidades sociales, dominadas demasiadas veces todavía por valores patriarcales: medidas de conciliación y corresponsabilidad de hombres y mujeres en el cuidado de la descendencia; educación no sexista desde edades tempranas hasta el final del ciclo educativo; formación en igualdad de profesionales de todas las disciplinas; eliminación de la brecha salarial y de pensiones; lucha contra la feminización de la pobreza; eliminación de los estereotipos sexistas en los medios y en la publicidad; son todos ellos ámbitos de trabajo que deben permanecer en el primer plano de todas las agendas públicas.

La igualdad de mujeres y hombres debe ser un objetivo colectivo para la sociedad vasca de nuestros tiempos. Es una cuestión primordial que nos atañe a todos y a todas. Alcanzar su efectividad real es hoy una urgencia social que no puede posponerse más.

 

Fuente: Ararteko – Defensoría del Pueblo del País Vasco, España

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