Según el artículo 11 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC) de las Naciones Unidas y sus correspondientes “observaciones generales” 4 y 7, el derecho a una vivienda adecuada no consiste solamente en salvaguardar los derechos de propiedad de las personas en el sentido estricto, sino también en garantizar que todos puedan cumplir “adecuadamente” con las necesidades de vivienda y seguir mejorando las condiciones de vida. Sin embargo, a medida que los costos de vida urbanos en Taiwán han aumentado constantemente a lo largo de los años, los jóvenes y la clase media han estado luchando con los costos de la vivienda, con problemas centrados en la asequibilidad y la calidad de la vivienda. Los precios exorbitantes de la vivienda se han convertido en una de las principales quejas de la población.
Para hacer frente al problema de la vivienda en las zonas urbanas, el Gobierno lanzó a partir de 2017 el Plan de Construcción de Viviendas Sociales, con el que planeaba construir 120.000 viviendas de nueva construcción para finales de 2024. Sin embargo, las estadísticas y los datos del Ministerio del Interior revelaron que el progreso de la construcción es insuficiente. En respuesta, el Comité de Asuntos Nacionales y Étnicos aprobó el informe de investigación el 27 de febrero de 2024 e instó al Yuan Ejecutivo a realizar mejoras.
En el informe de investigación, los miembros del Yuan de Control señalan que, según las estadísticas publicadas por el Ministerio del Interior, el Gobierno había construido 94.043 unidades de viviendas sociales hasta finales de diciembre de 2023, logrando un progreso acumulado del 78,37 por ciento, junto con la estimación de que se alcanzaría el 107,32 por ciento a finales de 2024, superando los objetivos del plan. Si bien el número de unidades que aún están en construcción y las adjudicaciones terminadas han alcanzado los objetivos planteados, existe una discrepancia temporal entre la fecha literal de finalización y la fecha de adjudicación de la licitación. Esto ha provocado la insuficiencia de unidades de vivienda social terminadas (y actualmente disponibles) que puedan usarse para satisfacer las necesidades de la gente.
Los miembros del Yuan de Control también señalaron que la promoción de viviendas sociales es una estrategia nacional importante en materia de vivienda. Sin embargo, como el suelo es escaso y caro en las zonas urbanas, encontrar terrenos para construir viviendas sociales ha sido un gran desafío. Para empeorar las cosas, y poniendo a Taipéi y Nuevo Taipéi como ejemplos, el alquiler de algunos apartamentos de viviendas sociales de 2 o 3 dormitorios podría costar entre 20.000 y 45.000 nuevos dólares taiwaneses, un precio que el público en general no podría permitirse. Esta cuestión va en contra del espíritu de la vivienda social, cuyo objetivo es ayudar a los grupos relativamente desfavorecidos de la sociedad.
Dado que el público necesita urgentemente viviendas sociales, los Gobiernos central y local tienen que unir fuerzas para superar los obstáculos, con el fin de aumentar la velocidad y el número de construcciones, y así lograr la justicia en materia de vivienda.
Fuente: El Yuan de Control, Taiwán