El pasado mes de marzo un interno del Centro Penitenciario Mas d'Enric, que realizaba funciones de auxiliar de cocina, mató con un cuchillo a Núria, una cocinera del centro, y a continuación se suicidó.
En señal de protesta e indignación, numerosos trabajadores penitenciarios protagonizaron bloqueos en los accesos a los centros penitenciarios de Cataluña que provocaron afectaciones al funcionamiento habitual de los centros. Ante estos hechos, organizaciones sociales de protección de derechos humanos, abogados y familiares de personas privadas de libertad se dirigieron a la institución del Síndic de Greuges para denunciar las afectaciones que sufrían los internos como consecuencia de este bloqueo.
La institución ha estudiado ambos temas y hoy ha emitido su resolución.
En el caso de la muerte de la cocinera, la síndica alerta de una actitud laxa por parte del Departamento de Justicia en relación con el retorno del autor de los hechos a su puesto de trabajo, tal y como demuestran los siguientes hechos:
En primer lugar, el autor de la muerte de la cocinera estaba pendiente de cumplir una sanción disciplinaria por un puñetazo que propició a un compañero de módulo, consistente en once días de aislamiento en una celda.
En segundo lugar, esta agresión supuso inicialmente la extinción de la relación laboral del interno con la cocina del centro, pero la Junta de Tratamiento consideró la falta cometida como un hecho aislado y le permitió reincorporarse al puesto de trabajo sin pasar por una lista de espera como se hace habitualmente.
En tercer lugar, a pesar de que no se podía saber que el interno cometería un nuevo delito, su perfil y su falta de voluntad para adherirse a los tratamientos propuestos relacionados con el delito cometido anteriormente (había sido condenado por haber matado a otra mujer) deberían haber puesto en alerta a la Administración, que debería haber emprendido acciones para minimizar los riesgos dentro del centro.
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Fuente: Síndic de Greuges de Catalunya, España